domingo, 23 de marzo de 2014

DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA


DÍA MUNDIA DE LA POESÍA

21 DE MARZO

Uno de los certámenes más prestigiosos de poesía en nuestro país es el premio de la Fundación Loewe, que desarrolla sus iniciativas culturales en el ámbito de la poesía, la música, la danza, el diseño y la fotografía. Son patronos de la institución  personalidades de la talla de Francisco Brines o Mario Vargas Llosa. El premio lo publica la editorial Visor y lo han ganado en estos últimos años poetas consagrados como Guillermo Carnero, Cristina Peri Rossi, Carlos Marzal o Vicente Gallego, pero también otros menos conocidos como Álvaro García o Juan Vicente Piqueras, que gracias a esta iniciativa hemos descubierto y celebrado su palabra poética.  

En esta edición, la XXVI, han ganado el certamen Antonio Lucas con su poemario Los desengaños” y la joven Elena Médel con “Chatterton”. De Antonio Lucas y su libro os puedo decir que me ha gustado muchísimo, sus palabras expresan el dolor y la pasión de una forma contenida, pero teñida de imágenes unas veces irracionales y otras de una transparencia sentenciosa que se adueñan del lector para llevarlo hasta un mundo que destila vida. Sobre el libro de Elena Médel, os hablo con menos entusiasmo, aunque gana en hondura y madurez con respecto a publicaciones suyas tan celebradas como “Mi primer bikini”, así que la semana que viene intentaré mostraros el que inaugura el libro que me ha parecido muy bueno, el inicio me trae a la memoria la ironía y el estilo de Ángel González.

De Antonio Lucas os dejo el poema “Intemperie” ,  y  a lo largo de la semana descubriremos “Huellas”. Los dos recogen ese estilo aforístico y unas acertadas imágenes que destilan el hondo sentir del desamparo y del recuerdo que se transforman en dolor y nostalgia.

INTEMPERIE


Ahora que vuelvo al tiempo de estar solo

y  duele más la luz que se hace himno en cada objeto.

Ahora que recorro la distancia de mi cuerpo a mi pasado

y algo en ese viaje suena ya desposeído.

Ahora que sabemos que volver no es regresar,

sino un perderse con conciencia de naufragio.

Ahora que no anochece en la noche solamente.

Ahora que mis manos son casa desolada.

Ahora que vivir no es un verbo seguro.

Ahora que la sangre es tan distinta

a la herida de haberla imaginado.

Ahora que no somos los sueños de haber sido,

aquel caudal de abrazo y fiebre y laberinto.

Ahora que el futuro no admite ser cantado

y es sólo un insistir de días sucesivos.

Ahora que los hombres no valen su misterio

y huyen despojados también de su pobreza.

Ahora que te pienso reverso de mí mismo.

A esta hora en que la vida ya nunca será nuestra

con la misma sed que un día la habitamos,

¿será que nunca merecimos su belleza?

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