jueves, 1 de marzo de 2018

¿Por qué leer a los clásicos?

Mañana viernes 2 de marzo recibiremos a José Luis Gómez Toré, poeta y profesor, para hablar sobre Francisco Brines, uno de los integrantes de la generación del medio siglo. Los alumnos de primero de Bachillerato asistirán a este encuentro que impulsa la Subdirección General del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.
Hemos dedicado varias sesiones a la poesía de Francisco Brines y mañana culminaremos este acercamiento con las palabras de un experto en su obra. Estamos seguros de que será una actividad muy formativa e interesante. 

"Mere road"


Todos los días pasan,
y yo los reconozco. Cuando la tarde se hace oscura,
con su calzado y ropa deportivos,
yo ya conozco a cada uno de ellos, mientras suben en grupos o aislados,
en el ligero esfuerzo de la bicicleta.
y yo los reconozco, detrás de los cristales de mi cuarto.
Y nunca han vuelto su mirada a mí,
y soy como algún hombre que viviera perdido en una casa de una extraña ciudad,
una ciudad lejana que nunca han conocido,
o alguien que, de existir, ya hubiera muerto
o todavía ha de nacer;
quiero decir, alguien que en realidad no existe.
Y ellos llenan mis ojos con su fugacidad,
y un día y otro día cavan en mi memoria este recuerdo
de ver cómo ellos llegan con esfuerzos, voces, risas, o pensamientos silenciosos,
o amor acaso.
Y los miro cruzar delante de la casa que ahora enfrente construyen
y hacia allí miran ellos,
comprobando cómo los muros crecen,
y adivinan la forma, y alzan sus comentarios cada vez,
y se les llena la mirada, por un solo momento, de la fugacidad de la madera y de la piedra.

Cuando la vida, un día, derribe en el olvido sus jóvenes edades,
podrá alguno volver a recordar, con emoción, este suceso mínimo
de pasar por la calle montado en bicicleta, con esfuerzo ligero y fresca voz.
Y de nuevo la casa se estará construyendo, y esperará el jardín a que se acaban estos muros
para poder ser flor, aroma, primavera,
(y es posible que sienta ese misterio del peso de mis ojos,
de un ser que no existió,
que le mira, con el cansancio ardiente de quien vive,
pasar hacia los muros del colegio),
y al recordar el cuerpo que ahora sube
solo bajo la tarde,
feliz porque la brisa le mueve los cabellos,
ha cerrado los ojos
para verse pasar, con el cansancio ardiente de quien sabe
que aquella juventud
fue vida suya.
Y ahora lo mira, ajeno, cómo sube
feliz, encendiendo la brisa,
y ha sentido tan fría soledad
que ha llevado la mano hasta su pecho,
hacia el hueco profundo de una sombra.
(poesi.as.com)

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